Ante el resurgimiento del terrorismo de Estado


El Partido Paraguay Pyahura, la Federación Nacional Campesina (FNC), la Organización de Trabajadores de la Educación Sindicato Nacional (OTEP SN) y la Corriente Sindical Clasista expresamos nuestro repudio al crimen de Estado cometido en México con la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, y el asesinato de otros tres; manifestamos nuestra solidaridad a los familiares y al pueblo mexicano en lucha.

También expresamos nuestro dolor y repudio por los miles de mexicanas y mexicanos torturados, asesinados y desaparecidos a lo largo de todos estos años y algunos de cuyos cuerpos han sido hallados en fosas colectivas en el marco de la búsqueda de los 43 normalistas. Unimos nuestras voces al reclamo popular del gran pueblo latinoamericano que exige justicia.

En una fecha emblemática para nuestra América, como es el 20 de noviembre que se recuerda el inicio de la Revolución Mexicana, denunciamos la implementación también en Paraguay de una nueva modalidad de terrorismo de Estado utilizada para saquear a los pueblos.

Esta nueva modalidad se basa en la utilización del crimen organizado, dirigido, respaldado desde el Estado, como instrumento para aterrorizar al pueblo mediante la extorsión, la tortura, el asesinato y las desapariciones. Es una modalidad diferente en su forma a la dictadura, pero con objetivo y resultado similar: aterrorizar al pueblo humilde para desalentar cualquier tipo de organización que canalice el descontento popular ante el incremento del saqueo y el abuso a niveles nunca antes vistos.

No es casualidad que esta alianza del Estado con el crimen organizado se dé en medio de procesos de privatización impulsados por los imperialismos para despojar a los pueblos de nuestros últimos patrimonios nacionales: recursos naturales y empresas estatales que en manos de gobernantes patriotas serían instrumentos para apalancar un desarrollo.

Los grupos criminales son hoy la fuerza de choque desencadenada por el Estado contra el pueblo, útil como método de financiamiento político, acumulación y control de la organización popular contra la opresión. Un Estado títere de una élite latifundista y agroexportadora que vive engordando como garrapata de la sangre del pueblo, incapaz de impulsar un desarrollo nacional, autónomo, sometida por migajas al capital transnacional.

El principal objetivo de esta alianza mafioso estatal es el campesinado pobre, y las voces patrióticas y democráticas.

Los grupos criminales armados operativamente funcionan a nivel territorial en coordinación con las fuerzas represivas. La mafia criminal organizada se fortalece con la militarización, siendo a la vez ella misma la excusa para militarizar. Y esta alianza estatal mafiosa es como una tenaza utilizada para apretar al pueblo y saquearle, despojarle, rapiñarle, expulsarle, torturarle, asesinarle y desaparecerle.

Por eso se ha denunciado a través de los medios de comunicación que el criminal narcointendente de Ypehu se refugió en un cuartel militar durante los allanamientos en su búsqueda. Ello evidencia un respaldo al máximo nivel de Estado.

A la gente que tiene esperanza en la militarización como método para resolver un problema generado por el mismo Estado, les decimos que es imposible liberar una fuerza armada de estas características sin que el estamento militar se corrompa aún más, aplaste las voces institucionalistas que puedan quedar en sus filas y comience a extorsionar y a cometer crímenes de cada vez mayor escala contra la sociedad nacional (no ya solo el campesinado pobre que es su objetivo fundamental, a fin de despojar territorio para el agronegocio). Al respecto, les recordamos el caso del ex militar Lino Oviedo, en que hizo falta un marzo paraguayo para frenar al fascismo en su expresión de Estado, y hacerlo retornar a los cuarteles.

A nuestro pueblo sufrido y en lucha, queremos recordarle que a lo largo de nuestra historia nuestros antepasados han enfrentado guerras injustas y genocidas con el mismo objetivo de truncar e impedir nuestro desarrollo nacional. Muchas de nosotras y nosotros  hemos enfrentado el horror de un tirano sanguinario pero ese terror nunca ha sido capaz de extinguir, eliminar, aplastar para siempre (como es su objetivo) la lucha por la emancipación del pueblo. Cada generación tiene un desafío histórico en el tiempo en que nos toca vivir y estamos llamados nuevamente a la resistencia, la organización y lucha contra la privatización, la violencia creciente del Estado y el terror con que quieren hacernos retroceder para apoderarse de todo lo que nos queda.

Por la reforma agraria y el desarrollo nacional, viva la fuerza organizada de los pobres y el desarrollo autónomo y solidario de nuestros pueblos!


Seguimos acumulando fuerza popular organizada contra la privatización y construyendo el Congreso Democrático del Pueblo, al calor de las luchas! Venceremos!

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