Gracias por demostrar que un
revolucionario nunca se jubila, y menos de la docencia, porque la lucha por
transformar el mundo es la verdadera vocación de un trabajador o de una
trabajadora de la educación, y la enseñanza que más necesita esta vieja
sociedad.
Gracias por tu ejemplo de heroísmo,
por mantener en alto la bandera de la resistencia en medio de todas las
adversidades; y aún en medio de tantos agobios y dolores, animar a seguir
luchando, a no dejarse vencer ni amedrentar, a tantas compañeras y compañeros.
Si hubiera manera, querido camarada,
de que pudiéramos soportar de manera colectiva el dolor de esa terrible
enfermedad, ya estaríamos en fila interminable para cargarlo sobre nuestras
espaldas y aliviar tu sufrimiento.
Gracias por ser, y por haber sido, a
lo largo de toda tu vida de militancia un horcón, un cimiento profundo, una
viga principal, para sostener la organización que todos juntos fuimos
construyendo. Gracias por demostrar que tu fortaleza y autoridad moral siempre
fue superior aún a tu enorme fuerza física.
Gracias por ser, y haber sido siempre,
garantía de honestidad, de rectitud, de valentía, de compromiso con la clase
proletaria; por haber sido un muro contra la falsedad, la mediocridad, la
hipocresía. Gracias por tu presencia protectora, donde siempre encontramos
amparo.
Gracias “Oso”.
Partido Paraguay Pyahura
20-06-2017
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